
En la ciudad suiza de Ginebra encontramos una fuente muy famosa que se ha convertido en uno de sus emblemas. Está ubicada en un lugar privilegiado: la desembocadura del lago de Ginebra en el Río Ródano. Su peculiaridad reside en que no sólo se trata de una de las fuentes más grandes del mundo, sino que además puede verse desde toda la ciudad.
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