Últimamente la campaña más agresiva contra los videojuegos violentos se había disputado en Australia, pero ahora la ofensiva se ha acercado mucho más. Suiza tendrá pronto la posibilidad de limitar la venta de estos títulos, o incluso de prohibir directamente su comercialización.
Actualmente hay dos propuestas en danza. La primera, aprobada por unanimidad y pendiente de enviar al parlamento, prohibirá la venta de videojuegos que no cuenten con la clasificación PEGI y endurecerá las condiciones de identificación del consumidor para permitir la venta. Hasta cierto punto estas medidas no sorprenden a las tiendas porque ya las están aplicando voluntariamente desde el año pasado.
La segunda proposición, en cambio, es más preocupante para los jugadores, ya que plantea la prohibición total de los juegos violentos y para adultos en Suiza. En el aspecto positivo queda que esta segunda proposición no se ha aprobado por unanimidad en la Comisión Legal Suiza.
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