El tenista Roger Federer ha vuelto a sentir el calor de su gente, está vez en su Basilea natal donde fue recibido como un auténtico héroe por sus vecinos.
Vestido de blanco inmaculado, un color al que parece que el suizo ha cogido mucho cariño, Federer ofreció a sus conciudadanos el último título ganado en su carrera, su sexto Wimbledon.
Entre autógrafos, fotografías y abrazos, el tenista, que en pocos días se convertirá en papá, fue agasajado con una placa conmemorativa en la que figuraba su nombre y todos sus triunfos, que ya ascienden a 15 Grand Slam.
hola.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario