El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) es uno de los juguetes científicos más preciados entre las salas del Centro Europeo para la Investigación Nuclear de Ginebra (CERN).
El instrumento somete a colisión a los protones con la intención de simular las condiciones que debieron darse inmediatamente después del Big Bang y, así, demostrar la existencia de partículas hasta ahora sólo formuladas en la teoría, como el bosón de Higgs.
Con una energía de aceleración de 1,8 teraelectrovoltios (TeV), el LHC superó ya el pasado noviembre el récord de 0,98 TeV en posesión del acelerador de partículas estadounidense Tevatron, situado éste en el Laboratorio Nacional Fermi en Chicago. Como orientación: un TeV equivale a un billón de electrovoltios.
Esta vez, el laboratorio ginebrino ha logrado hacer chocar a los protones a una energía de siete TeV, 3,5 veces mayor a la jamás lograda.
Un momento para la Historia
"Los experimentos están recogiendo sus primeros datos físicos: ¡estamos en un momento histórico!", relataban los científicos del CERN a través de la red Twitter. "Es un gran día para los físicos de partículas", dijo el director general del centro, Rolf Heuer, utilizando en esta ocasión la convencional vía del comunicado.
Horas antes del exitoso resultado se había llevado a cabo un primer intento que fue suspendido por razones de seguridad. Finalmente, el LHC, logró hacer circular dos haces de partículas con una energía conjunta que alcanzó los siete teraeletrovoltios, y con ello se da inicio a la fase de experimentación con esta máquina, la mayor dedicada a la investigación del mundo.
A partir de ahora, el CERN activará el LHC durante un periodo de 18 a 24 meses, a fin de recopilar información que permita descifrar la naturaleza del universo.
Instrumento útil y político
El CERN es el principal laboratorio mundial dedicado a la física de partículas. 20 Estados son miembros de este organismo, del que han salido importantes innovaciones, quizás la más famosa de ellas el World Wide Web- creado en 1990 para facilitar a los físicos el intercambio de datos, salió rápidamente de los laboratorios en Suiza para conquistar el planeta, revolucionar el acceso a la información y permitir la creación de nuevos rubros económicos.
Pero, además, el trabajo del CERN no sólo se centra en la física y en la tecnología: su fundación fue considerada como un importante paso político. Personas de diferentes naciones, entre otras también de los entonces países del bloque oriental, entraban aquí en contacto y colaboraron diversos trabajos, allanando así el camino a una importante cooperación a nivel de Estado.
(dpa)
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