El Banco Nacional de Suiza (BNS) perdió 10.400 millones de euros hasta junio intentando evitar que su moneda continuase fortaleciéndose. Vendieron grandes cantidades de francos para contener la deflación que planeaba sobre la economía alpina.
Parecía una apuesta ganadora. Bastaba con vender 132.000 millones de francos suizos, la divisa más sólida del mundo, a cambio sobre todo de euros, que se habían comportado hasta ahora como un ejemplo de estabilidad.
Nadie esperaba que el euro cayese progresivamente por la desconfianza de los inversores internacionales ante la deuda soberana de Grecia y Hungría y, posteriormente, por el miedo al impago de España, Portugal o Irlanda.
Aunque la divisa comunitaria ha recuperado una posición parecida a la de enero, el euro ha pasado de costar 1,50 a 1,33 francos suizos de media en los últimos seis meses.
El BNS afirmó la semana pasada que dejaría de vender moneda nacional en los mercados, porque había remitido el peligro de inflación. La realidad parece ser, de acuerdo con Financial Times, que las pérdidas que generó la crisis de la deuda terminaron de convencer al regulador suizo.
Los 26 cantones que forman el país comparten dos tercios de los beneficios del banco central. En esta ocasión, y con el balance del primer semestre sobre la mesa, se llevaron una desagradable sorpresa al comprobar que las arcas habían sufrido una mordedura de 10.400 millones de euros.
Hasta ahora no habían tenido muchos motivos de queja contra la gestión del BNS, que se había beneficiado con la subida del oro. Según un comunicado de la propia entidad, han sido precisamente los lingotes quienes han puesto techo a la sangría del primer semestre. También ha ayudado la revaluación de los activos de UBS que adquirió cuando hubo que rescatar al gigante de la banca de inversión.
De este modo, el BNS ha cerrado el primer semestre esquivando las pérdidas pero sin especificar las ganancias que ha conseguido. El próximo mes se conocerán los resultados y el alcance de los errores de un banco central que jugó al juego de la banca de inversión y acabó compensando buena parte de sus pérdidas con el precio que le cobró a UBS por su rescate.
Fuente: http://www.expansion.com/
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