El avión del Consejo Federal que se posó el martes a Trípoli para llevarse a los dos empresarios suizos retenidos desde hace un año en Libia regresó de vacío a Suiza, indicó este viernes el Gobierno helvético.
"El 'Falcon' de la Swiss Air Force regresó de Trípoli a Suiza esta noche. Debe cumplir otras misiones. Los dos empresarios suizos siguen en Trípoli", indica Berna en un comunicado.
"Los preparativos relacionados con su regreso a Suiza continúan", añade.
Los dos hombres, un suizo germánico de 54 años, representante del grupo de ingeniería ABB en Libia, y el responsable de una pequeña empresa de construcción, no pueden salir de territorio libio desde el 19 de julio de 2008.
Se trata de unas medidas de retorsión de Trípoli después de la detención en un lujoso hotel de Ginebra de un hijo del líder libio Muammar Kadafi, acusado de malos tratos a dos empleados domésticos.
Para zanjar el contencioso que provocó una ruptura de relaciones entre Berna y Trípoli, el presidente suizo, Hans Rudolf Merz, pidió disculpas a Libia hace una semana por la detención de Hannibal Kadafi y su esposa embarazada.
A cambio, indicó que recibió la promesa de que los dos suizos podrían abandonar el territorio libio antes del 1 de septiembre, aniversario de la llegada de Kadafi al poder, hace cuarenta años, y ocasión de ceremonias fastuosas y de una amnistía para autores de delitos menores.
El regreso de los dos suizos se espera desde el martes, cuando la Confederación envió uno de sus aviones a Trípoli para buscarlos.
Las autoridades suizas observan un mutismo casi total desde hace tres días. El miércoles indicaron que ambos empresarios habían recibido pasaporte y visado y estaban a la espera sólo de la luz verde de la justicia libia.
Los suizos ven esta espera como una humillación más por parte de Trípoli después de las disculpas que provocaron un clamor de protestas en la Confederación.
"El coronel Kadafi juega con los nervios de las autoridades suizas", estimó este jueves el diario Le Temps.
Cada hora que pasa refuerza la impresión de que el acuerdo suscrito por el presidente suizo ha sido una ingenuidad.
AFP
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