martes, 4 de agosto de 2009

El Colegio Suizo de Santiago celebró con entusiasmo el día Nacional de Suiza


Muchos colores y creatividad fueron la tónica que se vivió en el Colegio Suizo de Santiago en un aniversario más de la Confederación Suiza. El Colegio, como es la costumbre, se hizo pequeño para recibir a la gran cantidad de personas que llegaron a la institución educativa.

El acto central realizado en el gimnasio del colegio fue una invitación a vivir “un viaje fascinante a través de 12 Cantones suizos”. El acto se caracterizó por las ingeniosas y atractivas formas en las que los alumnos y docentes de la enseñanza básica dieron a conocer los diferentes Cantones que forman parte de la Confederación Helvética.


El director del Colegio Suizo de Santiago, Friedrich Lingenhag, valoró en la oportunidad la cantidad de horas dedicadas a la preparación de del acto y destacó que “los profesores no solamente entrenaron a sus pupilos para este día tan especial, sino también les transmitieron fundamentos de la cultura suiza, de sus costumbres y convivencia”.


La solidaridad, la igualdad, la libertad, el respeto hacia el otro a pesar de la diferencia son los valores que sustentan a Suiza, según Lingenhag. “El Colegio suizo aprecia esos valores, son principios que los profesores y alumnos viven hoy. El colegio es una imagen de la idea de Suiza y juntos la podemos mantener y fortalecer”, sostuvo el director.


Un lugar destacado tuvo la intervención del embajador de Suiza en Chile, André Regli. El diplomático, con más de cuatro años en Chile, tuvo palabras para el sistema educacional chileno. “He notado que la juventud chilena y los niños tiene hambre de aprender, de conocer otras cosas. Veo que son muy ambiciosos, por lo tanto el sistema educativo chileno también tiene que ser ambicioso, y en ese aspecto me parece que el Colegio Suizo de Santiago también es ambicioso, y esto me parece muy bien”, recalcó Regli.


Con mucho humor el diplomático llamó la atención porque entre los Cantones presentados en el acto no aparecía el suyo, Cantón Uri. No encontró mejor forma de hacerlo presente que entonando una canción que se refería a “la última diligencia que pasó en el Gotardo” hacia el Tesino (Ticino). La pieza musical interpretada a capela fue, sin duda, el momento que más aplausos sacó en toda la noche.


Mientras tanto, en los patios del establecimiento, con una temperatura no muy baja para el invierno chileno, decenas de faroles en manos de los niños del Kinder iluminaban la oscuridad que a esa hora se dejaba caer sobre Santiago.


Por Jorge Molina. Suizapress.

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