El piloto suizo Yves Rossy fracasó este miércoles en su intento de sobrevolar el estrecho de Gibraltar, que separa Marruecos de España, utilizando alas equipadas con reactores y su cuerpo como fuselaje.
Rossy, de 50 años y conocido como 'Fusionman', partió este miércoles de la playa de Tánger (norte de Marruecos) en un avión Pilatus PC-6 del cual se lanzó poco después a una altura de unos 2.000 metros sobre el nivel del océano Atlántico, según las imágenes retransmitidas en directo en su página 'web'.
Tras una caída en picado de varios metros, Rossy consiguió sobrevolar el Estrecho durante unos minutos a una velocidad de crucero de 220 km/hora, pero al parecer un problema técnico lo obligó a interrumpir el vuelo y caer en el mar.
Dos helicópteros lo siguieron durante el comienzo del trayecto pero al cabo de unos minutos lo perdieron de vista, por lo que no se pudo ver el amerizaje forzoso de Rossy, quien posteriormente fue auxiliado por uno de los aparatos.
Estaba previsto que el aventurero sobrevolara el Estrecho en 13 minutos y que al final de la travesía apagara sus motores, abriera el paracaídas y tocara tierra en España.
El trayecto elegido para unir África y Europa no era el más corto, ya que la distancia entre Tánger y Atlanterra es de 38 kilómetros, mientras que en la parte más angosta del estrecho de Gibraltar, un poco más al este, es de solo 14,4 kilómetros.
Rossy ya había cruzado el Canal de la Mancha con sus alas motorizadas el 26 de septiembre de 2008 entre Calais (Francia) y Dover (Inglaterra).
El ala volante que utilizó, de fibra de carbono, tiene una envergadura de 2,5 metros y puede alcanzar una velocidad máxima, en picado, de 300 km/h gracias a sus cuatro mini reactores Jet-Cat P200 capaces de un empuje de 22 kilos cada uno.
El aparato fue dirigido por el piloto con el movimiento de su cuerpo.
Rossy fue piloto militar de Mirage III y actualmente es comandante de Airbus en la compañía Swiss.
En su anterior travesía repitió simbólicamente el primer cruce en vuelo del Canal de la Mancha por parte del francés Louis Bleriot en 1909.
AFP
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