Una diócesis en el occidente de Suiza reconoció el viernes que recibió a un sacerdote en 1971, para que oficiara, pese a que los jerarcas eclesiásticos tenían conocimiento de que el clérigo había abusado sexualmente de niños.
La diócesis de Basilea informó que hizo una evaluación injustificable y errónea cuando admitió al padre Gregor Mueller, a sabiendas de que había sido relevado de su puesto anterior en la vecina Alemania por un abuso sexual.
Mueller fue transferido de regreso a un monasterio alemán antes de ir a la diócesis de Chur, al oriente de Suiza, en 1992. Fue ahí donde los abusos sexuales salieron a la luz pública cuando una víctima los reportó recientemente a la diócesis.
La diócesis de Chur informó el miércoles que Mueller renunció después de admitir los abusos sexuales en el monasterio alemán así como otro en Austria. Por su parte, la diócesis de Basilea dijo que no tenía conocimiento si Mueller cometió abusos sexuales durante su trabajo en Suiza.
Mientras tanto, un monasterio benedictino en el pueblo de Einsiedeln, en Suiza central, ha reconocido que recibió varios reportes de abuso sexual desde los años 70. Ninguno fue perseguido legalmente. Cinco padres fueron implicados en el presunto abuso, tres de ellos están todavía empleados en el monasterio, dijo el abad Martin Werlen a la televisión suiza SF.
AP
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